Cuentos e Historias.

Cada momento que llega a mi memoria y que son recuerdos de mi infancia, me producen nostalgias y alegrías. He aquí algunos cuentos e historias que escuche en mi familia mientras vivimos en los quinientos.

Los Duendes.

Estaba mi abuela, en la cocina que había construido mi padre en la casa en que vivíamos en los quinientos, cuyo número era el 516, les cuentos esto, ya que la casa solo tenía dos piezas y este es el relato; En este sector de casas solo existían clandestinos en donde se vendía: cerveza, vino y comida, todo esto porque el campamento nuevo quedaba muy retirado de este sector de casas, uno de estos lugares lo tenía mi abuela donde llegaban los compañeros de trabajo de mi padre a servirse una cerveza después del trabajo diario, pero donde la tirá, era más larga era el día sábado ya que solamente trabajaban hasta las once de la mañana, por lo tanto después de esa jornada salían a remojar el guargüero como decían los viejitos en esos tiempos , algunos de los contertulios habituales y de los que me acuerdo eran, el Pajarito me reservo su nombre, el viejo Pereira, El camello, el ñato y muchos otros mas, todos hombres muy bonachones buenos para la conversación y la talla espontanea, grandes recuerdos tengo de ellos, ya que compartí con ellos una de sus grandes aficiones la pesca de trucha.

La historia dice lo siguiente estaban los compañeros de trabajo de mi padre tomando cervezas y vino e igualmente cantando ya que dentro del grupo habían muy buenos cantantes uno de ellos era mi padre, y su afición por el canto, lo llevaba en la sangre ya que mi abuela era una gran cantante, pero lo que siempre cantó fueron valses peruanos que eran los que más les gustaban, tal vez sería por que el nació en Tacna cuando este era Chileno, dentro de los contertulios estaba El Pajarito tipo tranquilo y bonachón (daba muy buenas propinas).

Después de una mañana y tarde muy regada, todos empezaron a retirarse ya que el tren estaba por pasar y si no lo tomaban no tendrían en que bajar al campamento nuevo.

Como nunca el pajarito se quiso ir y siguió tomando, esto hasta que ya no se podía su cuerpo. Ya muy avanzada la noche le dio por irse, mi abuela le dice, no te vayas hombre ya es muy tarde te puede pasar algo ó si no te saldrán los duendes en el camino. Pero como todos saben el trago a veces nos pone muy porfiados, pero no hizo caso y tuvimos que salir a dejarlo a la huella que daba para el campamento nuevo; lo miramos hasta que se nos perdió de vista; esto lo hicimos con mis otros hermanos, después de esto nos regresamos a nuestra casa.

Como ya era muy tarde todos nos acostamos, ya muy entrada la noche de empezamos a escuchar unos golpes en la puerta de la casa, era El Pajarito que había vuelto a nuestra casa contándonos que se lo habían llevado los duendes y después lo trajeron de vuelta, pero lo más extraño era que volvió totalmente sano se le había pasado toda la curaera, con la cual se había ido. Nos conto que no bien había caminado un buen trayecto del camino unos niños empezaron a seguirlo; nos decía que mientras más rápido caminaba, más rápido caminaban los niños, de tanto caminar finalmente se dio cuenta que estaba perdido y que no sabía donde estaba, pero igualmente se dio cuenta que los niños habían desaparecido como por arte de magia!

Después de recobrar sus cinco sentidos se dio cuenta que estaba donde con mis hermanos lo habíamos dejado, es decir en la huella, después de eso nunca más fue porfiado y cuando tomaba más de la cuenta siempre se quedaba en nuestra casa. Esto que le paso también se los conto a sus compañeros de trabajo, imagínense la de tallas, anécdotas y cuentos que se inventaron con esto que le paso, pero esto no solo le paso a él ya que los compañeros de trabajo le dijeron que a más de alguno de ellos igual se lo habían llevado los duendes.

Para finalizar les contare que cuando ingrese a trabajar a la compañía, tuve la fortuna de ingresar a la misma sección donde trabajaba mi padre y mis compañeros de trabajo fueron algunas de las personas que les nombr~ anteriormente, los cuales aun se recordaban de este cuento.